lunes, 4 de noviembre de 2013

Cómodamente...

Cómodamente...

¿A quién no le gusta tener un espejo en su habitación? Y si ese espejo va acompañado de una bonita cómoda para guardar sábanas, toallas, pijamas…

Un día dimos con una cómoda preciosa. Tenía capas y capas de pintura, un barniz insufrible, las tablas de los cajones deformadas y los cajetines de las llaves tapados. Le habían quitado todo el encanto. Mucho nos costó llegar hasta la madera y ver que era una auténtica joya. Sustituimos las tablas de los cajones, abrimos de nuevo los huecos de los cajetines y colocamos unos nuevos, con sus llaves y unos bonitos bocallaves.
No nos pareció suficiente y decidimos coserle corazones con punto de cruz (tarea nada fácil). Sudor y lágrimas nos costó terminarla pero AQUÍ ESTÁ!

Otra de las cómodas que la Sra. Pinkman ha rescatado es una maravilla de los años 40, a la que le dimos textura, cera y no os podéis imaginar lo bien que huele a madera, talco, cera… Eso sí, esta joya es para darle mimos y dedicarle unas caricias con cera una vez al año.

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Cómoda con espejo años 70 - Cómoda con espejo años 40